Cuando se dio vuelta para ver si seguia alli su nueva victima, comprobo que asi era, tal como un ave de rapiña en busqueda de su presa. Nuevamente regresó al cuarto principal de la habitacion y se escurrió silenciosamente por el muro, al que se agarró a traves de las paredes usando sus manos para ello -una caracteristica residual de su descendencia ilegal- y aterrizó sutilmente a un costado de la parte inferior de la cama, el cual tenia unas cuatro barras de metal de apenas una pulgada de grosor y de las que arrancó dos, una doblandola para que tusiera la forma de un cincel plano y toscamente elaborado y el otro con forma de punta de jeringa, usando la fuerza remanente de sus manos para ello; sin embargo, al arrancar la "jeringa" improvisada, la cama chirrió alertando al cazador de la ventana de una presencia en la habitación: su tiempo se acabó. En fracciones de segundo, se trepó de un salto al techo del mismo, esperando que no se haya dado cuenta de su presencia o su olor; la puerta del balcón se abrió de manera subita, sacudiendo el polvo de las viejas cortinas al instante y permitiendo a la cazadora entrar; su cuerpo envueltó de una vestimenta muy justa en color negro y que reflejaba la luz tenue del anuncio del hotel le daba una apariencia sensual y al mismo tiempo sangrienta por el debil tono rojo. Descendió lentamente dentro de la habitación y sus ojos adquirieron un brillo verde resplandeciente con un punto oscuro en su centro, dió una ligera olfateada sin mover su cabeza y de inmediato pudo percibir la sangre de una humana sobre la colcha de la cama de utileria; con un movimiento gracil y elegante dio sus pasos dentro de la alcoba, percibiendo todos los olores que se encontraban en ella y por un momento sintió al dueño de la sangre: una humana joven, moribunda, y que habia estado recostada sobre la cama. Se detuvo al pie izquierdo de la cama y detecto en el suelo, como si tuviera un resplandor ambar y naranja la sangre de la humana y de alguien mas, un depredador siendo capaz de distinguir cada tipo de sangre: la humana resplandecia con una intensidad naranja oscuro, con tamaños variables pero continuos y se encontraba zigzaguente por el suelo mientras que la ambar resplandecía como su estuviese iluminada desde arriba y a intervalos mas distantes unas gotas de otras, todas de un tamaño mediano. Si bien esto le llamó la atención, mas fue el hecho de que pudo oir con claridad la frustración y desesperacion que se vivió en ese cuarto y de manera mas distante las pasiones ahogadas de al menos dos parejas humanas y un trio que se habian hospedado alli mismo, tres varones para ser mas precisos. Un ligero suspiro le llamó la atención a esta cazadora y fijó su mirada hacia la puerta del baño, dio algunos pasos hacia el pero se detuvo en seco, habia algo en el aire que no cuadraba: la presa habia caido en la trampa. Tomó menos de un segundo para que el amante descendiera sobre la cazadora, menos de un segundo en el que apenas pudo voltear su cabeza hacia el techo y ver como su rubio y ondulado cabello se movia lentamente y halado por su cabeza hacia el suelo, el cazador de abalanzó sobre ella como un gato desciende sobre un juguete, con los brazos y piernas abiertas para inmovilizarla de la cadera y de los brazos, tumbandola en el suelo con todo su peso; con un movimiento relámpago de su brazo brazo izquierdo, tomó uno de los tubos toscos de metal que sostenia en el cinturón y lo pasó con precisión cirujana sobre el cuello de la cazadora en sentido de derecha a izquierda, cercenando la traquea y parte de la arteria yugular en el proceso, salpicando el suelo del cuarto con la sangre ambar de ella que empezaba a brotar por borbotones y con su respiracion dificultandose a cada segundo: pero no estaba derrotada todavia. Puso sus piernas contra el suelo y con un moviemiento de sacudida uso su cadera para deshacerse de su acechador,empujandolo contra la pared cerca del marco de la puerta del baño y golpeadose la espalda en el proceso; una lucha empezaria y solo uno de ellos seria campeón. Ambos se incorporaron en cuestión de segundos y se miraron a los ojos, ambos con el brillo verde fosforescente clasico de ellos, ella se agarraba su abierta garganta y el su brazo izquierdo que habia sido lesionado durante su atrevido despliegue de astucia. El cazador habló:
-No pense que caerias tan facilmente en esta treta.- Dijo con voz ahogada pero segura. Ella le respondió muy levemente pero todavia con la suficiente fuerza:
-Nunca creí que nos traicionarias asi.
-Es algo que nunca entenderias, ni tu ni los demas.- Replicó el cazador.
-Claro que si, pero no recuerdas que somos mejor que ellos, podemos tenerlo todo, solo hay que obedecer.- Exclamó de nuevo con una voz ahogada. Si tiene que matarla, tiene que hacerlo rapido, una de las ventajas (o desventajas en este caso) es que debido a su naturaleza hibrida, pueden sanarse de manera casi inmediata y hasta son capaces de regenerar miembros perdidos, con excepcion del cerebro y el corazón, el tiempo continua andando.
-No... -hizo una pequeña pausa, mientras a traves de su garganta un corto chorro de sangre ambar salia disparada al suelo y formaba una cruz sangrienta sobre el lugar en el que le habia abierto la garganta, y en tonces continuó: -vivirás lo suficiente.... -otra vez, un ligero chorro de sangre salio disparado desde su garganta y cayó a los pies de ella, -para gozarla, tu..... morirás hoy.- Finalizó, sin soltar su mano izquierda de su garganta.
-Eso lo veremos- exclamó el cazador e hizo con su mente entrecerrar la puerta del baño, no queria que oyera la lucha que se suscitaria en breve.
Se lanzaron el uno contra el otro extendiendo sus brazos sobre su cuerpo en un intento por rodear primero uno al otro y poder despedasarse con sus garras que habian emergido durante su breve dialogo, garras tan afiladas como para cortar el vidrio sin que se rompa en pedazos: un mar de sangre seria el resultado de esta lucha...
Mientras tanto, en la cima del rascacielos, el "fumandor" contemplaba las luces de la ciudad de Nuevo D.F. desde el borde del mismo. Las luces distantes brillaban con una intermitencia sanguinea y tonos naranjas y amarillos, junto con algunos eventuales sonidos de patrullas y el paso apagado de algun que otro transeunte. Una brisa fria y ligera entonces flotó por el encima del rascacielos, la gabardina negra se sacudió ligeramente y movió el pelo medianamente largo del testigo, onduló y sus ojor rojo brillante fueron visibles por un segundo para ser tapados de inmediato. Tres sombras aparecieron con el viento atras de él, a una distancia de 10 metros y junto a uno de los conductos de aire. El de en medio dio un paso al frente y exclamó con voz casi tenebrosa y oscura:
-No la encontramos, ya deberia estar aqui.
-Asi es, ahora nos a costado uno de los nuestros. -Exclamó el de la izquierda y con una voz mas animada pero sin dejar de ser sombria.
-Diganos que hacer, antes de que sea mas tarde. -El de la derecha reclamó con cierta impaciencia y con un timbre bastante femenino y sensual.
El del borde no se inmutó. Su vista parecia perdida en el horizonte, como hechizado por las luces urbanas; los otros tres exigian una respuesta y el ni siquiera parece tomarlos en cuenta. Un segundo despues su mano derecha que habia estado hecha un puño, deslizó otro cigarrillo, lo sostvo con sus dedos indice y medio para formar un angulo perpendicular y exclamo:
-Una voz de la noche te clama ya, diciendo las cosas que no seran, si lo dejas ir, tu final vendrá.- Dijo entre dientes y apenas perceptible, incluso para ellos, los "Inquisidores". Hizo una pausa extra, lo que generó mas impaciencia entre sus allegados y simplemente dijo con voz sombria, hueca y de cierto sonido de ultratumba y profundo:
-A la estacion, en la zona de almacenaje. Los quiero listos en tres horas y cuarenta y cinco minutos; alli lo tendremos listo para entregarlo. Llama a los superiores Alexeiya; Surgeron depeja de cualquier humano la zona y Proxtus, mantente oculto entre las personas, que no sepan que los estamos siguiendo.- Dejó de hablar, levantó la mano derecha con el cigarrillo hacia su boca, lo giró entre sus dedos y simplemente le sopló a la punta y ardió al chocar contra el papel y el tabaco: era su señal de partida; las demas sombras se alejaron lanzandose hacia los costados del rascacielos y hacia el frente, desvaneciendose entre los edificios... Finalmente tomó el cigarro, lo pusó entre su dientes, le dió un sorbo ligero mientras volteaba a mirar a la izquierda y ardia con mayor fuerza: pronto la traición acabara.
Miér Oct 14, 2009 10:42 pm