Era de noche, una noche despejada en la que ninguna estrella la adornaba, y la luna solo dejaba ver su mitad, su pequeña mitad montañosa.
Ella caminaba, si, ella. Llevaba unas cuantas horas caminando, caminaba despacio; lento, por culpa de la herida que la atormentaba.
Manchaba el pavimento de la calle principal con perfectas y redondas gotas de sangre. Cojeaba, si cojeaba, hasta a veces se arrastraba por el dolor que le conmovía las entrañas.
Sabia que sufría el riesgo de morir por total derramamiento de sangre, su corazón latía más rápido, pero más débil. Estaba sola, no había más nadie que viera su sufrimiento, solo ella, en la gran calle principal que era decorada por el tono tan vivo y tan fresco de la sangre que brotaba de su herida.
Lloraba, lloraba mucho, miraba hacia arriba, hacia el cielo oscuro y despejado en el cual las estrellas se habían escondido para no dejar ver su hermosura.
La luna se había ocultado totalmente detrás de unas pocas nubes en el firmamento. La noche se volvía más oscura. Ella, si, ella, cayo hacia el suelo desmayada, el dolor de la herida la había vencido; deseaba morir y se decidió a esperar su fin.
De pronto abrió los ojos con mucha firmeza, y se dio cuenta de que a veces y solo a veces la imaginación puede ser más fuerte que la misma realidad.
Etto... esto lo escribí hace muchísimo tiempo atras, creo que debía tener como unos 9 años por ahí.
Pero bueno aquí esta, es un solo capítulo así que ya esta terminado
Espero que les guste
Musicóloga:La Risa me alienta, el Amor me cura y Dios me salva.
When everything is dark and the music start then my face begin to smile!
Puedes quitarme el arma y también el lapícero pero nunca te atrevas a quitarme la música que llevo por dentro.