Hola a tod@s, os dejo mi segundo fic de la serie Marmalade Boy, este fic va por capitulos. Es continuacion del anterior fic Noche de Bodas. Espero que os guste.
Capítulo 1. El despertar.
Sonó el despertador a las cinco de la mañana, medio dormido lo apagó. Yuu encendió la luz de la mesita de noche, de momento no recordaba donde estaba.
De pronto se acordó ¡Se había casado! Estaba en su noche de bodas. Miró a su lado y vio a Miki dormida, seguía todavía desnuda, tapada solamente con la sábana que le cubría la parte baja del vientre, dejando al aire sus senos. Yuu pensó que estaba guapísima con el pelo suelto, recordó lo que paso por la noche, como se habían entregado Miki y él. Tanto tiempo deseándola, y al final la tuvo.
Sintió ganas de tenerla de nuevo, otra vez para él, y ¿por qué no? Con una sonrisa maliciosa, empezó dándole un beso en el pelo, otro en la mejilla dulcemente, y otro en los labios. Miki sintió que la estaba besando, pero no se movió. Yuu siguió besándola, fue bajando por el cuello, los hombros, hasta que se quedó en sus senos. Empezó a darles besos y mordisquearle los pezones, estos se pusieron erectos y duros como piedras. Fue bajando, dándole besos hasta el ombligo. La respiración de Miki era más de prisa y entonces se dio cuenta que estaba despierta.
- Buenos días cariño.- iba subiendo, dándole besos por todo el cuerpo.
- Buenos días.- con una sonrisa de oreja a oreja.- ¿Por qué no sigues?
- ¿Quieres más?
- Sí...
- Bueno...- y empezó a darle besos otra vez. A los hombros, siguieron sus senos, y su cuerpo, que iba acariciando con las manos, para aprendérselo de memoria. Acostado de lado, fue tocando todo el cuerpo de Miki, y así, fue bajando hacia su parte más íntima. Ella empezó a jadear, y el otro, notando como estaba, disfrutando fue aún más despacio, haciéndole rabiar y haciéndose desear.
Sus manos fueron acariciando su ombligo, volvió a subir para acariciar sus senos y jugueteó con sus pezones. Miki ahogó un gemido cuando notó que sus manos bajaban, buscando, acariciando sus rizos entre las piernas. Espontáneamente las abrió para que le pusiera la mano y empezara hacer lo que le hizo por la noche, aquello que le gustó tanto.
Yuu se imaginaba que era lo que ella quería; quería que metiera sus dedos en su interior, pero se hizo de rogar. Se arrodilló entre sus piernas y con sumo cuidado, las flexionó, las separó, y le fue a dar un beso en esos rizos rojizos. Miki no paraba de gemir. Entonces, él, tiernamente con sus dedos fue abriéndola y le pasó la lengua por su vulva, tocándole el clítoris, excitándoselo, y empezó a chuparlo y mordisquearlo. Fue dándole besos a toda esa parte, iba a las ingles, volvía a abrir su parte más intima y le volvía a mordisquear el clítoris. Miki se retorcía de placer. Con la lengua en su clítoris Yuu, le metió un dedo en la vagina, Miki dio un grito ahogado, estaba que no aguantaba más.
-Yuu no puedo más. –gimió estirando sus brazos hasta acariciar su cabeza.
-Aguanta un poco. – susurró mientras acariciaba su punto de placer.
-Yuu, en verdad no puedo más. – gemía Miki agarrándose a las sábanas.
-Sí que puedes…
-No…puedo…Yuu.
-Ahora Miki.
Yuu la sujetó por las caderas, mientras con su lengua seguía saboreándola. Entonces notó que el cuerpo de Miki perdía el control y se aferraba a él, llegando al clímax.
Todavía con sobrealiento, Miki se incorporó y besó a Yuu dulcemente.
- ¿A dónde vas? – preguntó.
- Te quiero mucho, a ningún lado.
Están los dos sentados en mitad de la cama, a Miki parece que se le ha ido la vergüenza se ríe.
- ¿De qué te ríes?
- De nada.
-Por algo será.
- Que no, que no. Bueno, ahora me toca a mí.
- ¿Cómo que a ti?
-¡Sí!- y le dio un pequeño empujón, tirándolo hacia la cama.
Se imagina lo que quiere hacer, y ahora es él quien se deja querer.
Miki se pone encima y empieza a darle besos por la cara, bajando hacia su cuerpo, bajando ahora hasta la parte intima de él. Miki se lo quedó mirando unos instantes y con las manos un poco torpes, empezó a jugar con el miembro viril.
A Yuu le gustó lo que ella hacía y en breves, estaba que no podía más. Cogió a Miki, la echó encima de la cama, le dio un beso muy cariñoso en los labios, y muy lento, la fue penetrando. Miki se estremeció de placer mientras Yuu se movía, hasta que los dos explotaron.
Ya con el cuerpo relajado, estaban los en la cama, Yuu mirando hacia el techo y Miki de costado abrazada a él.
- ¿Cómo se te ocurrió?
- ¿El qué?
- Lo que me has hecho
- ¿Y por qué no? Eres mí, marido puedo hacerlo.
- ¡Claro que puedes! Y espero que lo repitas más veces- dijo besándola en la frente.
- ¿Qué hora es?
- No lo sé.- miró el reloj.- No puede ser.
- ¿El qué no puede ser?
- Que son las siete.
- ¿Qué? ¿A qué hora sale el avión?
- Nos queda una hora solamente.
Así que se levantaron rápidamente de la cama y empezaron a recoger las cosas para ir al aeropuerto a empezar el viaje de novios. En media hora, Yuu ya está preparado, pero Miki no.
- ¡Miki! ¿Te quieres dar prisa? ¡Que no llegamos!
- Ya voy... Espera, que sólo me falta peinarme.- se recogió el pelo en una coleta sujeta atrás.
Mientras Yuu no para de mirarla y siente que siempre la querrá.
Continuara…