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 UNA NUEVA VIDA CAP 2 [MARMALADE BOY] MAYORES DE 18 AÑOS

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serezana




Cantidad de envíos : 9
Fecha de inscripción : 13/03/2012

UNA NUEVA VIDA      CAP 2      [MARMALADE BOY]     MAYORES DE 18 AÑOS Empty
MensajeTema: UNA NUEVA VIDA CAP 2 [MARMALADE BOY] MAYORES DE 18 AÑOS   UNA NUEVA VIDA      CAP 2      [MARMALADE BOY]     MAYORES DE 18 AÑOS Icon_minitimeMiér Jun 27, 2012 2:14 pm

Os dejo un nuevo capitulo:



Capítulo 2

El viaje de novios



Tenían siete días para irse de viaje de novios y eligieron tres días para cada uno: tres días para Yuu y tres días para Miki.

Yuu había terminado su carrera de arquitectura, y aún después de haberse puesto a trabajar cuando podía, le gustaba irse de viaje para ver trabajos arquitectónicos. A veces iba con Miki y otras veces solo. Comprendía que en ese momento no podría irse tan fácilmente, así que pensó que aprovechando el viaje iría a la ciudad Nara.

Miki por su parte, decidió ir a Chiba; allí había una feria de decoración y aprovecharía la ocasión. A Yuu no le hacía mucha gracia, pero como él había propuesto ir a Nara y ella no puso impedimentos, optó por no decir nada.

Sabía que mientras Miki visitase la feria él tenía tres opciones: Quedarse en el hotel, ir a ver la ciudad él solo o acompañar a Miki, pero en realidad se aburría con tanto color, diferentes telas y tanta variedad de detalles que se perdía.

Llegaron a Nara por la tarde. Cogieron un taxi que los trasladó al hotel, y una vez allí se instalaron en su habitación.

- ¿Estás cansada? -Preguntó él, al momento que dejaba las maletas en el suelo.

-No, lo que tengo es hambre -contestó ella.

- ¿Puedes esperar cinco minutos? -Susurró mientras la sujetaba por la cintura y se la acercaba a su pecho, para luego besarla en los labios.

-Yuu, tengo hambre -murmuró contra los labios ajenos.

-Espera -dijo él, separándola-, ¿cómo puedes tener hambre si has comido en el aeropuerto? -Cuestionó- No te he besado desde esta mañana.

Ella se revolvió maliciosamente y le sonrió.

-No pretenderás...

- ¿Por qué no? -Cuestionó, acercándola más hacia sí-. Ahora no podemos ir a ningún sitio y cenar...Podemos pedir que nos lo suban a la habitación.

- ¿Tú crees que sea correcto?

- ¿Por qué no? -Susurró el chico, al tiempo que la veía a los ojos-. Estamos de luna de miel...

Lo miró con expresión un tanto molesta.

-Vale, ya bajamos. -Dijo levantando las manos en son de paz.

-Eso y así vemos como es el hotel -pronunció la chica, sonriendo.

-Vale, como quieras -gruñó Yuu, mientras cogía el pomo de la puerta.

Era un hotel moderno. Había cuadros de inspiración vanguardista y el color de las paredes contrastaba radicalmente. Se acercaron a la recepción del hotel y preguntaron la ubicación de los comedores.

-Por supuesto Señor Matsura -respondió una sonriente chica-, tenemos dos comedores: un comedor moderno, en el cual puede degustar platillos de varias regiones del mundo, o quizás prefiera el tradicional, en el que sólo se sirve comida japonesa. -Explicó la chica- ¿Cuál elijen?

- ¿A cuál quieres ir? -Preguntó él, volviéndose a su nueva esposa.

-Al tradicional, por favor -Respondió ella.

-Perfecto. Sólo tienen que seguir este pasillo y luego doblar a la izquierda -indicó la recepcionista.

-Gracias, muy amable -respondió Yuu.

Comenzaron a caminar por el largo pasillo.

- ¿Por qué no has querido ir al moderno si a te gusta probar cosas? -Preguntó el chico un tanto extrañado.

-Lo sé, sólo lo hice por si acaso -murmuró la chica-. No quiero que se me estropeé la noche -dijo entre risas.

Lentamente, él la tomó por la cintura y le plantó un delicado beso en la mejilla.

Por fin llegaron a su destino: el comedor era muy acogedor y estaba decorado con un ambiente japonés del siglo XIX; estaba forrado completamente de bambú y las mesitas eran cuadradas y con unos suaves cojines para comer hincado.

La cena transcurrió tranquilamente; conversaban, se reían y hacían planes para el día siguiente. Terminaron de cenar y decidieron dar un paseo por el hotel, ya que este tenía unos enormes jardines.

Se le acercó y la abrazó. Empezó a acariciarle la espalda, sus brazos, su cuello... Poco a poco fue desbrochando la blusa, abriéndola y tocando sus pechos por encima del sujetador. Suavemente besó el cuello de la chica, mientras sus manos intentaban deshacerse de la estorbosa prenda.

Por fin lo consiguió.

Fue bajando, las manos hasta llegar al borde de la falda; poco a poco la fue levantó, y luego acercó su mano por encima de la braguita acariciando sus nalgas lentamente, ella sólo gemía.

A como pudieron, llegaron abrazados hasta quedar al borde de la cama. Poco a poco, ala fue recostando, a modo de que ambas partes íntimas quedaran rozándose.

Miki notó un escalofrió en su espina dorsal. Siguieron besándose mientras él le iba quitando el sujetador. La tomó por la cintura y la acomodó mejor sobre la cama. De rodillas ante ella, se acercó hasta que su cara quedó a centímetros de la opuesta.

A medida que la acariciaba, le dejaba suaves besos en la frente, los ojos, en su boca; acarició la clavícula de la chica, depositó suaves besos en sus hombros, hasta que sus labios tocaron los senos de su esposa. Los tomó entre sus manos, los besó y entre sus dedos cogió uno de los pezones, con el cual comenzó a juguetear.

Levantó la cabeza y la miró. Se acercó poco a poco y la besó apasionadamente, sofocando un grito de Miki.

Fue bajando hasta llegar otra vez al busto de Miki; con su lengua, acarició uno de los pezones de la chica, para luego engullirlo por completo. Hizo el mismo trabajo con el otro. Lentamente, fue bajando dando breves besos en el vientre ajeno, mientras que sus manos eran las encargadas de acariciar la parte más íntima del cuerpo de la chica; poco a poco, la fue despojando de la pequeña braga que cubría la intimidad del cuerpo de su esposa, quien se retorcía y daba pequeños grititos de placer.

Por un par de segundos se dedicó a contemplar el delgado cuerpo desnudo que tenía frente a él. Sonrió para sí, para luego desvestirse él también.

Se arrodilló entre las piernas de la chica. Las acarició, besó y subió lentamente por ellas hasta llegar a la zona del vello púbico. Tomándose su tiempo, comenzó a separar los curiosos rizos, para luego besar la zona carnosa que iba descubriendo. Miki gemía de placer. Enterraba sus dedos en el cabello de su marido y de vez en cuando intentaba acariciarle el rostro, hasta que notó como la lengua de este encontraba su punto. Cerró su puño y dio leves tirones de pelo. Sentía como su corazón comenzaba a latir con más frenesí al notar como Yuu daba pequeños mordiscos y chupetones a su clítoris, mientras un dedo se iba introduciendo en su interior.

-Yuu... no... puedo... -Gimió ella.

-Aguanta un poco más. Quiero saborearte un poco más -susurró.

-No puedo más... -Se quejó bajito.

Un grito murió ahogado en la garganta de la chica: Yuu había introducido un dedo más y seguía lamiendo su clítoris.

- ¿Preparada? -Cuestionó él.

Miki arqueo su espalda, gimió y grito el nombre de su marido, mientras Yuu seguía jugando con su lengua acariciando su sexo, hasta que notó que casi llegaba al clímax.

Se levantó y se acercó al cuerpo de Miki, besándola mientras se iba introduciendo en su cuerpo despacio.

Él, comenzó con unos suaves movimientos de cadera, ella le acariciaba los brazos, los hombros; en un rápido movimiento, ambos quedaron sentados frente a frente, con sus partes íntimas rozándose. Ella, comenzó a bajar las manos por la espalda, y fue subiendo despacio hasta que lo tomó por el cuello, produciendo que Yuu se estremeciera.

Las embestidas que el chico propinaba subían de velocidad y eran cada vez más profundas. Ella gritaba de placer cuando las caderas de ambos se juntaban y él la penetraba por completo, Miki alcanzó el clímax gritando el nombre de Yuu. Él, dio un último empuje alcanzando el orgasmo apoyando la cabeza sobre su almohada, pronunciando el nombre de su mujer. Ambos se recostaron de lado. Yuu la acercó hacia su pecho pasando una mano sobre la cintura de ella y ambos cayeron rendidos en un profundo sueño.



El plan para ese día era levantarse temprano para poder ir a ver el Todaiji. Yuu, tuvo que hacer bastantes esfuerzos por no quedarse en la cama con Miki, pero sabía que no tendría otra oportunidad de ver el Todaiji, así que se levantó y despertó a su esposa.

-Venga Miki....Nos tenemos que ir.

-Si, ya voy... -Murmuró ella, estirando los brazos hacia arriba.

Abrió perezosamente los ojos, para luego saltar de la cama y acercarse a su marido; sigilosamente se le acercó por detrás y le rodeó por el cuello, para luego apoyar su cabeza en el hombro ajeno.

-Buenos días -saludó dándole un beso en la mejilla-, ¿A dónde vamos hoy?

-Habíamos quedado en ir a ver el Todaiji, ¿no? -Respondió.

- ¡De verdad! -Dijo ella, recordando- Perdona, lo había olvidado, entonces, ¿lo veremos todo hoy? -Preguntó, aún abrazada al cuerpo de él.

-No creo -dijo el chico pensativo-, me gustaría verlo despacio, además hay varias cosas muy interesantes y quisiera hacer algún boceto...

-Muy bien -respondió Miki al momento que se dedicaba a buscar su ropa- ¿No te piensas vestir?

-Ha si...si...

Después de haber elegido una cómoda muda de ropa, Yuu se sentó en la cama para ponerse los zapatos. Miki solamente lo observaba: estaba recargada en el marco de la puerta, y poco a poco se le fue acercando, claro, sin que el chico se diese cuenta. Ella sonrió y aprovecho el descuido de él para lanzársele encima y tirarlo de bruces sobre la cama, el otro viendo que ella quería jugar, la sujeto y empezaron a dar vueltas por la cama.

-Venga Yuu, date prisa termina de vestirte, que tengo hambre -habló Miki entre risas, para luego ponerse de pie e ir a retocarse el poco maquillaje que usaba.

- ¿Cómo puedes, tener hambre con lo que cenaste? -Preguntó mientras se abrochaba la camisa.

-Pues...Aún tengo hambre -contestó terca.

-Vale, vale ya nos vamos -dijo él, cogiendo el pomo y abriendo la puerta haciendo grandes esfuerzos por no quitarle la ropa otra vez.

Bajaron de nuevo al comedor; el desayuno ocurrió sin ningún contratiempo, y después de subir a su habitación y lavarse la boca se fueron al templo Todaiji.

Todaiji, era un templo budista dónde se encontraba el Daibutsuden, la figura arquitectónica hecha con madera, y la cual era la más grande del mundo y en ella, se encontraba la estatua gigante de Buda Vairocona.

Les impresionó bastante; Yuu, hizo algunos bocetos y luego se fueron a darle de comer a los ciervos que había sueltos por todo el templo.

Mientras estaban dándoles de comer, Miki recordó el mal rato que vivió con ellos cuando fue con Meiko hablar con Namura.

-Mira que eres tonta -dijo él entre risas.

-Ríete todo lo que quieras, pero el susto me lo llevé yo -contestó, frunciendo el ceño divertido.

-No me río de verdad -susurró el chico, agarrándola por la cintura y dándole un beso.

Poco después, decidieron i a ver el Shosoin, un edificio construido en el estilo Azukura de cabañas de troncos, con el suelo elevado; albergaba las reliquias del emperador Shoum y la emperatriz Koymo.

Cuando notaron que tenían hambre, salieron del templo para ir a comer y lo quedaba de ver lo verían al día siguiente. Comieron y se fueron a ver la ciudad y por la tarde, fueron a ver Nara Park. Hubo un rato que Yuu no paraba de hacer payasadas y entretenía a Miki y luego de un rato, fue ella quien hacía de payaso.

Compraron varias cosas, ya que sabían que sus padres, nada más llegar se los reclamarían.

Estuvieron tan entretenidos, que no se dieron cuenta de la hora que era. Regresaron al hotel a cenar y luego subieron a la habitación. Estaban tan cansados, que nada más tocaron las almohadas y se quedaron dormidos.

Al día siguiente fue Miki quien se despertó primero.

-Yuu.... -Susurró la chica; besó los labios de él y comenzó a mordisquearle las orejas, a besarle el cuello y bajando hacia el pecho...

-Miki... -Susurró.

- ¿Hum?

- ¡¿Quieres estarte quieta?! -Ordenó el chico con los ojos cerrados.

- ¿Por qué? No te gusta -respondió ella, sin hacerle mucho caso.

-Sabes que si... -Contestó él, casi sin aliento.

- ¿Entonces? -preguntó ella, mientras se ponía encima de él.

-Nos tenemos que ir -contestó, al tiempo que le acariciaba la espalda.

-Tenemos tiempo.

-Si sigues, te haré cosquillas...

-A que no... -contestó Miki, riéndose.

-Ya lo verás...

Empezaron a enredar encima de la cama, y una cosa llevo a otra.

Yuu le fue besando los labios, el cuello y todo el cuerpo...Y se volvieron a amar otra vez.

-Otra vez con el tiempo justo. -Protestó Yuu.

-No es verdad -dijo la chica, intentando tranquilizarlo-, venga vamos a desayunar y nos vamos. ¿Has cogido el block par hacer los bocetos?

- ¡Ay no!.. -Exclamó él a modo de respuesta.

-Ves, ¿quien espera ahora a quien? -Dijo sonriendo.

-No te pases... -Siseó el chico, mirándola y cogiendo la libreta.

-Vale, perdona...

Yuu la tomó por la cintura, y ambos salieron de la habitación.

Bajaron a desayunar, y a continuación se fueron al templo Todaiji para terminarlo de ver.

Al día siguiente por la tarde se irían de Nara para ir a Chiba

"Shoro, Torre de la campana: Contiene la mayor campana existente en Japón con 3.87m de altura y 3.17m de diámetro. Fue construida hace 752 años. No se permite hacer sonar a los visitantes, se puede escuchar a las 8:00 P.M. y en Año Nuevo."

- ¡Qué bonita! -Exclamó la chica, después de leer- ¿Venimos luego a escucharla?

-Claro, aunque creo que la escucharemos por todo el templo...-bromeó Yuu.

Mientras Yuu hacía los bocetos, Miki observaba los jardines que eran preciosos.

Una vez terminados los bocetos, se dirigieron a ver el Chuu-Mon (Pórtico central).El pórtico central que establecía un dominio aun mas privado.

Cuando Yuu hubo dibujados los bocetos que quería se fueron a comer, y para hacer tiempo para volver al templo para oír la campana, se fueron a un museo. Salieron del museo con el tiempo justo, solamente faltaban 10 minutos para que dieran las ocho de la noche.

-Por poco no llegamos -comentó la chica, jadeando.

-Es que te regocijas mirando los escaparates y luego tenemos que correr -Yuu dio un hondo suspiro-. ¡Qué no somos ya dos críos!

-Oye, eso dilo por ti, si no puedes correr más, pero por mí no lo digas -exclamó la chica, con el ceño levemente fruncido.

-Venga, no te enfades...

Justo a las ocho de la noche, la campana comenzó a repicar; sintieron como una corriente eléctrica les recorría el cuerpo.

Un par de horas más tardes, ambos ya se encontraban en la habitación, mientras él miraba y repasaba los bocetos y le pedía opiniones a la chica.

- ¿A dónde vamos mañana? -Preguntó ella mientras se quitaba la ropa y se tumbaba en la cama

-Podemos ir a ver el templo Kofuku-ji por la mañana, y cuando vengamos a comer, preparamos las cosas y nos vamos a la estación, ¿Qué te parece? -Comentó mientras recogía los bocetos.

-Lo que digas cariño-susurró ella-, estoy tan cansada que no quiero ni discutir -murmuró, medio dormida.

Se le quedo mirando y la tapó con la sábana,

"Pobrecilla, está agotada. No hemos parado en todo el día, desde que salimos esta mañana" pensó. "Aunque yo también estoy cansado...", sonrió para sí. "Voy a poner el despertador temprano...". Le dio un beso a Miki en los labios, para luego tumbarse en la cama y quedarse dormido.



Al día siguiente, el despertador sonó a las 7 a.m. Yuu lo apagó y comenzó a despertar a Miki.

-Miki... -Llamo, mientras le sacudía por el hombro-...dormilona venga arriba vamos.

-Yuu... ya voy, sólo no grites.

-Buenos días, cariño -saludó con una sonrisa en los labios-. Venga, levántate, que nos tenemos que ir pronto, así que hoy no hay nada...

Así que se vistieron haciendo y diciéndose tontadas. Bajaron a desayunar y Después se fueron al templo de Kofuku-ji.

- ¡Qué bonito! -exclamó la chica.

- ¿Como sabes tantas cosas?, en el templo Todaiji también me explicaste...

-Bueno...antes de ir algún sitio me informo un poco.

-Mira Yuu las pagodas... ¡Mira esa de tres pisos! -dijo la chica, señalándola-. ¡Qué bonita! ¿Vas a dibujarla?

-Si...

-Vale, yo me quedare aquí viendo como la dibujas...-murmuró.

-Miki, ¿sabes que a veces te sigues pareciendo a la pequeña de la que me enamore?

- ¿Cómo qué pequeña? ¡Si teníamos 16 años! -Exclamó- Y tú tienes los mismos que yo -le recordó-, pero... ¿te gusta qué sea así? -chilló.

-Eh...no grites -calmó el chico-. Y claro que me gustas que seas así -comentó abrazándola y dándole un beso en la mejilla.

Cuando Yuu terminó de dibujar la pagoda de tres pisos, fueron a ver la de cinco pisos

-Yuu, ¡Es preciosa! -Dijo ella, agarrando el brazo de su esposo.

-Tienes razón, es hermosa.

- ¡Dibújala! -pidió Miki, con tono excitado.

-No sé si me saldrá... -Confesó él, con cara de duda.

-Te prometo que no diré nada para que te concentres.

-Tampoco es para tanto -dijo él, con una sonrisa en el rostro.

Así, que se puso a dibujarla y Miki como dijo antes no comento nada; Yuu de vez en cuando levantaba la mirada y le sonreía.

Cuando hubo terminado, Miki lo miró y sonrió de forma aprobatoria. Luego, fueron al hotel a comer.

- ¿Comemos en el comedor moderno, ò en tradicional? -Preguntó Miki

-En el tradicional, la comida de esta región es buena. -Contestó.

-De acuerdo -susurró la chica.

Así que se fueron hacia allí, comieron, y rieron comentado todo lo que les había pasado en esos días.

-Bueno, ahora a Chiba -dijo Miki, entusiasmada.

-Si, a Chiba... -Repitió Yuu sin mucha alegría.

-Te prometo, que sólo será un día, pero es un ocasión especial, no podía dejarlo pasar ¿lo comprendes, verdad?

-Claro, además yo no he dicho nada... -dijo él con el ceño frunció, pero sin saber muy bien por qué.

-Te conozco, ahora voy sabiendo lo que piensas -dijo ella.

-Vale... -Susurró él, todavía con ceño.

- ¡Puedes venir conmigo! Además, quizás vemos a representantes que ya conoces -dijo la chica, intentando animarle.

Entre plática y plática, no se dieron cuenta de la hora, y luego tuvieron que ir corriendo a recoger sus cosas, para luego tomar un taxi que los llevase a la estación.

Tomaron el tren para ir a Chiba, pensaron que la vuelta a casa les gustaría hacerla en tren así verían más cosas, aunque fuera de paso.

Llegaron a Chiba por la noche; bajaron del tren, y enseguida vieron a gente del gremio que venía de otras ciudades.

De repente alguien los llamó.

- ¡Miki, Miki Koisikawa! -Gritó el Sr. Nohara.

Miki se volvió para ver quien la llamaba, y para su sorpresa era Nohara, un representante de telas de cortinas.

- ¡Hola Sr. Nohara! -Saludó animadamente- ¿Qué tal esta?

-Muy bien -dijo el hombre, mientras le regalaba una sonrisa a la chica-, ¿vienes a la feria? Tengo unas telas preciosas esta vez, ya verás cómo me llamas algún día -comentó a la chica, para luego echarse a reír.

-No sé si me podré acercar -empezó la chica-, estoy en mi luna de miel... -Dijo y repentinamente hizo una pausa-...Perdón. Yuu, este es el Sr. Nohara. A veces me has oído hablar de él, Sr. Nohara le presento a Yuu, mi esposo.

-Mucho gusto -dijo Nohara a Yuu-. ¡Había olvidado que te casabas por estas fechas! -Dijo a Miki-. Y ¿qué tal parejita?

-Encantado, gracias -Contestó Yuu, en tono seco.

-No sé si podré acercarme -dijo Miki, en tono pensativo-, en todo caso una mañana, o un día me daré un espacio para poderlo ir a ver. -Pronunció, intentando buscar una alternativa- Pero de todos modos, me lo enseñaras cuando te lo pida, ¿verdad?

-Claro Miki -accedió Nohara-. Encantado Yuu, pásenla bien -dijo a modo de despedida.

-Gracias -contestaron.

Miki se percató de que Yuu estaba serio, y de que había estado algo...seco. Sabía que no le hacía gracia que hubiera elegido Chiba, pero tenía que comprender que necesitaba relacionarse para que la conocieran, y así la empresa y los representantes, la llamarían para decorar.

-Yuu... -Susurró.

- ¿Qué? -Preguntó de mala manera-. Vamos a parar un taxi, porque con tanta no encontraremos ninguno -contestó cortante.

-Yuu, ¿no te estarás enfadado por venir a Chiba, verdad? -Preguntó en tono suave- Compréndelo, yo también necesito relacionarme para que me conozcan -dijo.

-Este no es sitio, para hablar Miki -dijo enfadado mientras la miraba fijamente

Mientras iban a la parada de taxis Miki, pensaba "Sé que esto de la decoración le aburre un poco, pero no me dijo nada cuando lo propuse".

-Miki, ¿en que estas pensando? -Llamó el chico-, venga, sube al taxi -dijo.

-Ah, si...Ya voy -susurró despistada,

Cuando subieron al taxi. Miki cogió con disimulo la mano de Yuu y le sonrió. El otro le respondió con una media sonrisa.

Llegaron a la habitación. Aunque se hablaban el ambiente era tenso Yuu, había sacado los bocetos y los estaba mirando, sólo para no mirarla.

-Yuu -llamó-....Yuu...

-Miki, no quiero hablar ahora -contestó cortante.

En la habitación había una mesa con tres sillas, y él estaba sentado en una de ella con los bocetos sobre la mesa.

Miki, se fue acercando por detrás y le pasó los brazos por el cuello y le besó la mejilla.

-Te quiero mucho -le susurró al oído-, ¿se puede saber que te ha molestado? -Preguntó entre murmullos.

-Ya te lo dije, ahora no quiero hablar Miki -dijo-, vamos acostarnos estamos los dos cansados -ordenó.

-De acuerdo. -Contestó decepcionada.

Se cambiaron de ropa y se metieron a la cama, sin decirse nada más.

Aquel, era su primer enfado desde que se casaron, y Miki aún no sabía por qué estaba así, aunque deseaba que al final Yuu se lo dijese.

Estaba despierto. Sabía que no se estaba portando bien con Miki: se había prometido que no se molestaría por ir a Chiba, ella no se opuso cuando dijo que le gustaría ir a Nara y todo iba bien hasta que bajaron del tren, pero al ver al Sr.Nohara fue cuando se molestó, ya lo conocía de oídas, Miki le había hablado de él, pero no se lo había imaginado así. Creía que era más grande, no con la edad de ellos más o menos...

¿Se estaba poniendo celoso?

Pero con la cordialidad como los había saludado, sobre todo a Miki, le despertaron sus celos. Pero no podía desconfiar de Miki. Sabía que lo quería con locura.

Suspiró e intento no pensar más en ello; bajó la mano y tocó el brazo de Miki, lo subió y le besó la mano. Ella notó el gesto y sonrió.

Se despertaron tarde. Yuu, fue el primero en despertarse. Se giró y vio a Miki durmiendo; le retiro el pelo que cubría su cara y le besó en los labios.

¡Cómo la quería! Con ella era más abierto. Con los demás, aún le costaba abrirse pero con ella a su lado era fácil. No quiso pensar más en lo de la noche anterior. Cuando se despertara le preguntaría que quería hacer, no quería estropear los tres días que quedaban de su luna de miel, hasta entonces, todo había ido muy bien y se lo podían pasar todavía mejor.

-Miki... ¿Estás dormida? -Susurró bajito.

- ¿Tú qué crees? -Preguntó con voz adormilada, mientras sonreía.

-Buenos días cariño -saludó el chico, mientras le besaba.

-Buenos días.

-Bueno, ¿Qué vamos hacer hoy? -Preguntó el chico.

-No sé... -Respondió ella-...Había pensado ir al último día de la feria...

-De acuerdo -dijo él sonriente-, ahora cuando bajemos a desayunar compraremos algún mapa de la ciudad.

-Si, venga vamos a desayunar que empiezo a tener hambre.

-Ya tardabas en decirlo -Se burló Yuu, riéndose.

Se vistieron y bajaron a desayunar, para luego comprar una guía que ponía las cosas más interesantes de la ciudad.

-Podríamos ir hoy al oceanográfico y mañana nos podríamos acercar a la playa -propuso- Sabes que me gusta la playa ¿Te parece bien? -Explicó sonriente- Yuu, ¿me estas escuchando?

-Sí...sí

- ¿Qué estas, pensando?

- ¿Por qué no me dijiste que el Sr. Nohara era tan joven? -Reclamó en susurros- ¿Cuántos años tiene? ¿Veinticuatro?

- ¿A qué viene eso? -Preguntó la chica, con el ceño fruncido- ¡Estas celoso! Y tiene 26 años.

- ¡No estoy celoso!

- ¡Sí lo estas!

-Bueno, quizás se me han despertado un poco -admitió-. Creía que era un poco más mayor, como nuestros padres más o menos. ¡Nunca dijiste los años que tenía!

- ¡Tampoco lo preguntaste! -Exclamó la chica. Poco a poco se empezó a tranquilizar, soltando pequeños bufidos de desespero-. Te quiero mucho, ¿sabes? -Susurró, para luego besarlo.

-Yo también te quiero mucho -dijo él, recibiendo el beso-. Bueno, ¿has decido ya a donde vamos?

-Te lo acabo de decir, podíamos ir hoy Komogawa a ver Sea World. Mira lo que dice, es un oceanográfico no muy grande, pero se realizan actividades y espectáculos con delfines, orcas y leones marinos. Hay una piscina que te puedes meter con unos 50 cm. de agua y jugar con ellos -murmuró la chica emocionada.

-No te atreverás, si tienes miedo hasta de las orugas -dijo Yuu, despreocupadamente.

-Sí que me meteré -replicó la chica, mirándole fijamente-, y no me dan miedo, me dan asco.

-No, no atreverás...

-Si me atreveré...si tú no estás muy lejos.

-Sabes que eres una miedosa -se burlaba Yuu.

-Y mañana podemos ir a la playa, ¿te parece bien? -dijo Miki, ignorando olímpicamente a su marido.

-Por mi está bien -accedió-, podemos estar hoy todo el día en el oceanográfico que habrá restaurantes y podemos comer allí.

-De acuerdo -murmuró la chica, para luego echarse a reír.

- ¿Y ahora de que te ríes?

-Mira que ponerte celoso.

-Miki...Déjalo ya, ¿quieres?

-Vale -susurró, lanzando algunas risitas.

Cuando salieron del hotel eran las diez de la mañana; ya les habían dicho como ir a Kamogawa, estaba cerca de Chiba así que no tardaron mucho en llegar.

Una vez allí, estuvieron viendo los espectáculos de los delfines y las orcas. Les gustó mucho, sobre todo a Miki, quien parecía una niña aplaudiendo a cada cosa que hacían los animales. Viendo los espectáculos, llegó la hora de comer. Se lo estaban pasando divinamente, haciéndose fotos a ellos y a los animales.

Había un restaurante para la familia y otro de comida rápida, fueron al de comida rápida y estuvieron riéndose y gastándose bromas.

Cuando terminaron, siguieron viendo el acuario y luego seguía el acto de los leones marinos, que simplemente les encantó. Luego llegó la hora de la actividad la piscina y se miraron.

- ¿Te atreves?

- ¿Y tú?

-Yo si

-Pues venga. Vamos.

Así que cuando les toco se metieron, Miki de momento estaba muy nerviosa, pero como Yuu estaba todo el rato a su lado se fueron pasando, estuvieron unos quince minutos y salieron, echándose a reír inmediatamente.

- ¡Me he atrevido! -Exclamó contenta.

- ¡Lo he visto! -Apremió él- Estoy orgulloso de ti.

-Sí, porque has estado todo el rato conmigo.

Él la cogió de la cintura y le dio un beso en la mejilla.

-Venga, vamos a secarnos un poco.

Se secaron y terminaron de ver los peces del acuario. Cuando se cansaron de ver peces, se dirigieron al tren de cercanías que los llevaban otra vez a Chiba.

Aún era temprano cuando llegaron, así que fueron a un parque que había cerca y tomaron unas cuantas fotos.

- ¡Qué bonito! -Murmuró la chica- Los jardines son preciosos- comentó.

-Si, es verdad.

Se sentaron en un banco y estuvieron hablando un buen rato, y viendo pasar a los pequeños con sus padres.

- ¿Por qué no salimos un rato esta noche después de cenar? -Preguntó Miki.

- No es mala idea, ¿a dónde quieres ir?

- No lo sé -dijo Miki, encogiéndose de hombros-, podemos ir algún sitio que sea tradicional en esta zona...

- De acuerdo, ya lo miraremos después - contestó Yuu.

Así estuvieron otro buen rato, besándose y riéndose. Al cabo de media, decidieron que era hora de volver, cenaron con risas y bromas y mirando donde podían ir por la noche y que hacer al día siguiente. Quedaron en ir a la playa, ella iría a la feria el último día por la mañana, iría sola porque no quería aburrir a Yuu.

Así que se fueron a dar un paseo y tomar algo por ahí, vieron la ciudad de Chiba por la noche. Era bonita. Volvieron al hotel tarde, estaban tan cansados que se quedaron dormidos nada mas apoyar la cabeza en la almohada.

Al día siguiente les costó levantarse, pero se fueron a la playa estuvieron enredándose en las olas, tomando el sol y jugando con la arena. Cuando se cansaron de playa volvieron al hotel, para ducharse y cambiarse.

- ¿Te quieres duchar conmigo? -Preguntó Yuu con intención.

- ¿Eh?

- ¿Si te quieres duchar conmigo? -Volvió a preguntar.

-Bien...

Se metieron al baño y empezaron a ducharse. Con el calor del agua y sus cuerpos mojados acariciándose, una cosa llevo a otra....

Al cabo del rato bajaron a cenar. Cuando terminaron de comer, volvieron a salir por la noche aunque no regresaron tan tarde como la noche anterior, porque al día siguiente tenían que madrugar. Cuando volvieron se quedaron dormidos enseguida.

El despertador sonó a las siete, Miki no se despertaba, así que fue Yuu quien lo apagó y la llamó.

-Miki, son las siete, venga dormilona.

-Ya voy...un poco más...

-Miki, venga levántate -dijo en tono serio.

-Ya voy... -murmuró mientras se estiraba.

-Venga, que no sabes por dónde esta ¿Quieres que vaya contigo?

-No creo que haga falta, pero si quieres -habló en voz baja-, pero aun queda tiempo...

-Podemos hacer una cosa: recogemos todo ya y así será comer y nos vamos a la estación y para nuestra casa, tendrás ganas ya ¿no?

-Pues la verdad es que si -susurró acercándose y echando los brazos al cuello de Yuu y dándole un beso en los labios.

-Vamos aguardar todo en la maleta. -Dijo él, una vez separado de su mujer.

-Espera, que dejare, este pantalón corto y esta camiseta para el viaje.

Cuando recogieron todo se fueron para la feria les costó un poco encontrarla.

Entraron a la feria y estuvieron recorriendo stans, Miki saludaba a gente que conocía, como ella también se dedicaban a la decoración.

Vieron al Sr.Nohara y lo saludaron.

-Al final has venido -dijo el Sr. Nohara.

-Sí, pero solamente un rato que esta noche nos vamos a casa -contestó.

-Pues antes de que te vayas, te voy a presentar alguien.

- ¿A quién?

- Es el gerente de una empresa de decoración de Yokohama y está buscando gente -Informó.

- ¿Cuánta confianza tiene con él para preséntamelo?

-Me ha hecho varios pedidos bastante grandes y una vez estaba en un apuro que no le venían unas piezas de tela para unas cortinas y le salvé la papeleta y desde entonces cogimos confianza -explicó el hombre-. Tú no te preocupes -sonrió-. Venga vamos.

- ¿Vienes Yuu?

- No, te espero aquí estarás mejor sin mí -dijo el chico, mientras le guiñaba un ojo.

- Gracias cariño, luego te cuento -dijo la chica, besándole-, vamos cuando quiera Sr.Nohara.

- Genjo, sírvale algo de beber no tardaremos mucho -dijo.

Yuu se quedo en el stans del Sr.Nohara con su ayudante.

Al cabo de un rato Miki y Nohara regresaron.

Yuu se estaba tomando un café.

- ¿Que tal ha ido? -Preguntó cuando los vio.

-Yo creo que bien, pero no me quiero hacerme ilusiones -respondió la chica.

-Tonterías, eres muy buena, Miki -comenzó Nohara-. Tienes estilo, sabes escoger las diferentes telas y combinarlas -hablaba-. Eres provocadora al mezclar los colores, eso, el Sr.Fujita lo valora mucho. Quiere gente que sepa combinar el clasicismo con lo moderno -dijo él, emocionado-. Venga, vamos a tomar algo. Aquí mi compañero se hará cargo un rato del stan ¿verdad Genjo?

- ¿Qué remedio? -Respondió el otro en son de broma. Todos se echaron a reír.

Ya estaban en la cafetería y se estaban tomando lo que habían pedido.

- ¿Así que ya termináis vuestra luna de miel? -Preguntó.

- Si esta tarde volvemos ya a casa.

-Bueno, Miki si me tienes que hacer un pedido no me lo hagas hasta dentro de quince días.

- ¿Y eso? -Preguntó.

- Pues tres días después que cuando acabe la feria me casó -respondió.

- Enhorabuena -dijeron Miki y Yuu al unísono.

- Gracias -respondió Nohara.

Estuvieron un rato hablando y una hora más tarde se despidieron. Al salir de la cafetería Miki, lo miró y le sonrió.

- ¡No digas nada!

- Sólo me he sonreído -respondió, riéndose a carcajadas

Fueron al hotel, comieron y cogieron sus cosas y se fueron rumbo a la estación.

Por fin volvían a casa.

Ya en el tren...

-Yuu...

-Dime cariño

- ¿Nos ha ido bien?

- ¡Claro que sí! -Dijo, besándole la mejilla.

Continuara...



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UNA NUEVA VIDA CAP 2 [MARMALADE BOY] MAYORES DE 18 AÑOS
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